Juan 15:9-11

En nuestra lectura de hoy, Jesús nos llama a 'permanecer en su amor". Permanecer significa que nos quedamos en un lugar o espacio determinado durante mucho tiempo. Pero no se trata de permanecer pasivamente allí, sino de arraigarse y florecer, como lo haría un árbol; o una vid de la que hablamos en los últimos días. A menudo tenemos la tentación de ser nómadas espirituales. Nuestras experiencias de vida nos hacen flotar de un espacio en nuestra mente a otro lugar en nuestro corazón y podemos sentirnos inseguros y temblorosos a veces. 

Por supuesto que tenemos que seguir moviéndonos en nuestra fe, pero en lugar de ser nómadas, Jesús nos llama a ser peregrinos. Se nos pide que caminemos con Él, permaneciendo en su amor, permaneciendo en nuestro camino de peregrinos, permaneciendo centrados en el destino final de la peregrinación de nuestra vida. 

Hoy comparto con ustedes un cuadro de Thomas Cole, titulado "El peregrino de la cruz al final de su viaje". El artista murió joven, a la edad de 47 años, cuando estaba componiendo un grupo de pinturas titulado La Cruz y el Mundo. Al principio de la serie, dos jóvenes inician cada uno una peregrinación, uno caminando hacia la luz de la cruz, el otro avanzando por una vida mundana. Aquí vemos a nuestro hombre que acaba de atravesar caminos montañosos, valles y bosques oscuros, pero ahora se encuentra con los ángeles de la redención y la luz de la cruz en la distancia. El otro peregrino (representado en un cuadro diferente) fue tentado por hermosos paisajes caminando por el mundo, pero terminando en un páramo de vacío y fealdad...