Zacarías escribe el nombre de su hijo,
Pintado por Domenico Ghirlandaio(1449-1494),
Pintado entre 1486-90,
Fresco en la pared de la capilla,
Cappella Tornabuoni, Santa Maria Novella, Florencia
El canto de Zacarías
Lucas 1:67-79
El padre de John Zacarías se llenó del Espíritu Santo y pronunció esta profecía:
'Bendito sea el Señor, el Dios de Israel
porque ha visitado a su pueblo, ha venido a rescatarlo
y nos ha suscitado un poder de salvación
en la Casa de su siervo David,
incluso mientras proclamaba,
por boca de sus santos profetas desde la antigüedad,
que nos salvaría de nuestros enemigos
y de las manos de todos los que nos odian.
Así se muestra misericordioso con nuestros antepasados,
así recuerda su santa alianza
el juramento que hizo
a nuestro padre Abraham
que nos conceda, libres de temor,
para ser liberados de las manos de nuestros enemigos,
para servirle en santidad y virtud
en su presencia, todos nuestros días.
Y tú, pequeña,
serás llamado Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
para prepararle el camino,
para dar a su pueblo el conocimiento de la salvación
mediante el perdón de sus pecados;
esto por la tierna misericordia de nuestro Dios
que desde lo alto traerá el Sol naciente a visitarnos,
para dar luz a los que viven
en las tinieblas y en la sombra de la muerte
y para guiar nuestros pies
en el camino de la paz".
Reflexión sobre el fresco de la capilla
Muchos de ustedes celebrarán la Nochebuena esta noche. ¡Disfruten de las celebraciones! Nuestra lectura del Evangelio de hoy es el Canto de Zacarías. Se trata del canto de acción de gracias pronunciado por Zacarías con motivo de la circuncisión de su hijo. El canto o cántico recibió el nombre de "Benedictus" por sus primeras palabras en latín: Benedictus Dominus Deus Israel; "Bendito sea el Señor Dios de Israel"
El cántico completo consta de dos partes principales: la primera parte (versos 68-75) es un canto de acción de gracias por la realización de las esperanzas mesiánicas de la nación judía; la segunda parte (versos 76-79) es una alocución de Zacarías a su propio hijo, Juan, que iba a desempeñar un papel importante en los planes de redención de Dios; la profecía de que iba a "ir delante del Señor para prepararle el camino". Cantamos este cántico cada mañana en el seminario durante los laudes de la madrugada. Es el Oficio de la aurora y, por tanto, su simbolismo es el de la Resurrección de Cristo. Según Dom Fernand Cabrol "Laudes sigue siendo la verdadera oración de la mañana, que saluda en el sol naciente, la imagen de Cristo triunfante-consagra a Él el día de apertura"...
La ilustración que mostramos es un detalle extraído de un fresco pintado en la Cappella Tornabuoni, Santa Maria Novella, Florencia. El niño Juan Bautista, bañado y envuelto, es presentado por una joven criada a su anciano padre, Zacarías, que se ve obligado a escribir el nombre de su hijo. Los ancianos se inclinan hacia delante para leer el nombre, tienen curiosidad.
En este Canto de Zacarías se pronuncian palabras hermosas... ¡Cuando Dios habla, habla palabras hermosas!
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