Marcos 6:30-34

El año pasado, el castillo de Versalles acogió una exposición al aire libre de las ovejas de Claude y François-Xavier Lalanne. En nuestra foto tomada en el recinto, vemos cinco ovejas esculpidas en piedra y bronce esparcidas por el césped frente a la Aldea de la Reina en los Jardines del Trianón. Esta aldea, compuesta por diez pequeños edificios de aspecto rústico y situados alrededor de un lago, fue construida para María Antonieta en 1783. Ella quería un oasis de tranquilidad en los terrenos de Versalles donde pudiera cultivar y volver a la naturaleza. Se reservó para el uso personal de la Reina. Hay un molino, un palomar, una caseta de vigilancia, graneros, una lechería en funcionamiento y un tocador. Las esculturas contemporáneas de ovejas interactúan maravillosamente con el entorno bucólico. 

Aunque las ovejas están tranquilas y tienen un aspecto impresionante en este entorno idílico, no tienen pastor. Si fueran ovejas de verdad, podrían vagar por cualquier sitio. Pronto se perderían. Nosotros somos esas ovejas. Sin pastor estamos perdidos. El pasaje del Evangelio de hoy no sólo nos habla de la necesidad de un pastor, sino que también nos da una gran visión de la mente de un buen pastor. Fíjate en el comienzo de nuestro pasaje: Jesús habla con compasión y amor. Los Doce habían regresado de su misión después de haber sido enviados por parejas (nuestro Evangelio de hace dos días). Jesús les dice que descansen porque han estado muy ocupados ejerciendo su ministerio. Así que, como pastor, no sólo guía, sino que también se preocupa profundamente. 

François-Xavier y Claude Lalanne (también conocidos como Les Lalanne) fueron uno de los dúos de esposos más dinámicos del siglo XX. Cuando Claude falleció en abril de 2019 a la edad de 93 años, el presidente francés Emmanuel Macron emitió una declaración de condolencia, hablando de cómo la pareja amasó juntos "la imaginación, el humor y la poesía" para crear obras que "reencantan lo familiar y lo funcional". Creo que "reencantar" es una buena palabra para su trabajo, ya que podemos encontrar sus ovejas en muchos escenarios. Las calles de Nueva York acogieron su obra, al igual que los edificios de oficinas de Hong Kong y las salas de espera de las aerolíneas del mundo... sus esculturas de ovejas encantan estos lugares y aportan la belleza de la naturaleza en medio de estos entornos descarnados... al igual que los Evangelios se pueden llevar también en medio de cualquiera de estos entornos.