Mateo 10:17-20

Este cuadro representa a San Pablo Miki y a sus compañeros mártires, que murieron crucificados el 5 de febrero de 1597 en Nagasaki. Es una poderosa representación de su glorioso martirio, ya que los sacerdotes franciscanos, los hermanos y sus asociados laicos rezaron, cantaron y perdonaron a sus verdugos, mientras colgaban de sus cruces, de ahí que la obra se titule "Los mártires alegres". Los hechos también inspiraron la novela de Shusaku Endo El silencio. En una conexión que podría ser providencial, Nagasaki, la región más cristiana de Japón, también fue elegida para el lanzamiento de la segunda bomba atómica sobre Japón en agosto de 1945.

Aunque está pintado de forma bastante ingenua (y no sabemos el nombre del artista), eso es precisamente lo que lo hace conmovedor: artistas no muy consumados que siguen injertándose, trabajando y esforzándose por dar representaciones impactantes. La Iglesia siempre ha acogido todas las formas y todos los niveles de arte, desde lo magnífico hasta lo ingenuo y sencillo. La palabra griega mártirsignifica "testigo", y qué manera tan llamativa de celebrar a estos mártires brutalmente asesinados en lo que hoy se conoce como la Montaña Sagrada, por encima de Nagasaki. Fueron canonizados en 1862.