Mateo 10:7-15

En la lectura del Evangelio de hoy, Jesús sigue instruyendo a sus discípulos. Hoy, siguiendo la lectura de ayer, Jesús les dice que confíen en la generosidad de la gente que encontrarán en sus viajes. Deben tener confianza en que se les proporcionará todo lo que necesiten para ayudar a construir el reino de Dios: un lugar para dormir, dinero, comida... Creo que la mayoría de nosotros intentaría llevar algo con nosotros "por si acaso". Pero Jesús pide una confianza total en Él. Nos pide que transmitamos a los demás la abundancia que recibimos; 'Recibisteis gratuitamente, dad gratuitamentee'. 

Todos los días tenemos la oportunidad de hacerlo. Probablemente la forma más sencilla de hacerlo es simplemente sonreír a alguien y ser amable. Una sonrisa hace maravillas. Con una simple sonrisa podemos compartir la abundancia que hemos recibido. Una sonrisa no sólo aporta alegría, también puede cambiar nuestra propia actitud. Si nos sentimos estresados o molestos, sonreír a alguien puede romper este estado de negatividad. Sonreír es algo sencillo, pero a menudo olvidamos el poder que tiene. Sonreír es simplemente una expresión de la alegría del Evangelio que aflora a la superficie.

Nuestro cuadro de técnica mixta es obra del fotógrafo holandés Max Van den Oetelaar. Muestra a una mujer alegre que sonríe, rodeada de salpicaduras de color. Sonreír no nos cuesta nada... es algo que podemos hacer fácilmente y con gusto dar sin cargo...