Mateo 11:25-30

Hoy celebramos la fiesta de Santa Catalina de Siena, que nació en 1347. Era la vigésimo quinta hija, y su madre tenía 40 años cuando nació. Siena estaba entonces afectada por una epidemia de peste. Catalina no entró en un convento, sino que ingresó en la Tercera Orden de Santo Domingo, lo que le permitió asociarse a una sociedad religiosa mientras vivía en su casa. Llevó una vida de oración y contemplación, durante la cual tuvo regularmente experiencias místicas, que culminaron en una extraordinaria unión con Dios que sólo se concede a unos pocos místicos, conocida como "matrimonio místico".

Nuestra lectura del Evangelio de hoy habla de Jesús agradeciendo a su Padre "por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los inteligentes y haberlas revelado a los niños". Catalina tenía esa pureza de corazón y esa inocencia infantil con la que se acercaba a su fe en Dios con una maravillosa apertura y receptividad. Jesús nos llama a ser semejantes a los niños, no infantiles, una cosa totalmente diferente. Jesús agradece a su Padre por participar activamente en ocultar la verdad a los que se creen inteligentes. Agradece a Dios que revele la verdad oculta a los "niños pequeños", personas abiertas y dispuestas a aprender, como Santa Catalina de Siena.

Nuestra obra es un libro muy temprano sobre Santa Catalina de Siena publicado por Wynkyn de Worde. Fue impresor y editor en Londres, y se le reconoce como el primero en popularizar los productos de la imprenta en Inglaterra. Vemos una ilustración xilográfica de Santa Catalina sosteniendo su corazón en la mano izquierda, con los estigmas en ambas manos, siendo infundida por el Espíritu Santo que desciende de Dios Padre.

Santa Catalina sólo tenía 33 años cuando murió. Y os dejo con una de sus muchas citas conmovedoras y hermosas:

"Sé lo que Dios quiso que fueras y harás arder el mundo".

- Santa Catalina de Siena