Mateo 13:31-35

La parábola de la semilla de mostaza de hoy nos enseña cómo la transformación comienza de la forma más humilde. El cambio empieza desde los comienzos más pequeños, como una semilla de mostaza, en los corazones de las mujeres y los hombres que están abiertos a recibir la palabra de Dios. Sabemos lo poderosa que es la Palabra de Dios, pero ¿estamos preparados para recibirla y dejar que crezca en nuestro interior y nos invada?

Jesús nos habla en parábolas para ayudarnos a recibir su palabra. Las imágenes que utiliza Jesús, como el grano de mostaza de hoy, nos ayudan a comprender mejor sus enseñanzas y a dejar que estas semillas echen raíces en los campos de nuestras almas. Si nos preguntan si estamos preparados para recibir la Palabra de Dios, la mayoría de nosotros diría: "Sí, claro, estoy preparado". ¿Pero lo estamos? ¿Tenemos la disposición mental para recibir lo que Él nos dice?

Una vez me dijeron que recibir la Palabra de Dios es similar a ver una película. Hay diferentes maneras. Leer los Evangelios es como ver una película a cámara lenta. Estudiar los Evangelios es como ver una película a cámara lenta, hablando el tiempo para analizar lo que nos dice Dios. La meditación es similar a detener un solo fotograma de la película, y analizarlo en profundidad (la cinematografía, la luz, la actuación, las expresiones, el balance de color, la ambientación, etc...). Creo que tal vez lo que intentamos hacer aquí en el sitio web diariamente es congelar un solo fotograma del Evangelio del día y observar un aspecto del mismo, a la luz de toda la película de la lectura del Evangelio de ese día. 

Por eso, para la reflexión de hoy, quiero utilizar un fotograma, un solo fotograma, de una película que ha sido influyente en mi vida: La Misión. Esta película ha sido para mí como un grano de mostaza. Tenía 15 años cuando se estrenó en 1986 y me impactó profundamente. Tanto es así que diría que la película ayudó a sembrar la semilla de que un día seguiría la vocación al sacerdocio....