Mateo 5:38-42

Jesús cambió las cosas. Puso el perdón en el centro de la vida cristiana. En la lectura del Evangelio de hoy leemos cómo Jesús enseña a sus discípulos a no devolver mal por mal, sino a responder al mal con bondad. Quiere que se alejen de la mentalidad de "ojo por ojo y diente por diente". El instinto más virtuoso de la naturaleza humana es superar el mal con el bien. Es más fácil decirlo que hacerlo, pero ciertamente no es imposible.

Todos somos conscientes del gran mal que existe en el mundo. Basta con encender la radio o la televisión para conocer innumerables ejemplos de terrible maldad. La guerra de Ucrania está probablemente en el primer plano de nuestras mentes estos días en lo que a noticias se refiere. Pero como dijo el premio Nobel Aleksandr Solzhenitsyn: "la línea de batalla entre el bien y el mal atraviesa el corazón de cada persona". Luchamos con el bien y el mal en nuestro propio corazón, y por eso estamos tentados de devolver mal por mal. Pero necesitamos la fuerza de Dios para responder al mal con bondad y amabilidad.

Nuestro cuadro de 1919 de John Singer Sargent se titula Gaseado. Muestra los horrores de la guerra tras un ataque con gas mostaza. Estos ataques venenosos ya se producían en la Primera Guerra Mundial y el artista fue testigo de cerca de un ataque de este tipo. Vemos a diez hombres caminando en fila india, agarrándose unos a otros para ayudarse. A lo lejos se ve otro grupo de diez. Todos han quedado ciegos, temporal o posiblemente permanentemente, por un ataque con gas. Otras víctimas, demasiado débiles para caminar, están esparcidas por los campos.

Hoy nuestro corazón está con todas las víctimas de la guerra en Ucrania. Señor, te imploramos que pongas fin a la violencia.