Mateo 5:43-48

Este cuadro ruso de Ilya Repin fue encargado por la abadesa del convento de Nicolás en el pueblo de Strelechie. El artista venía regularmente a visitar a su prima Emilia, que era monja en el convento. El lienzo es grande (más de dos metros o seis pies de altura), y Repin trabajó en él durante más de cuatro años. La escena representa uno de los hechos de San Nicolás (270-345 d.C.) de cuando era obispo en Myra, en Licia (en la actual provincia turca de Antalya). En uno de sus viajes, San Nicolás se enteró de que el gobernador Eustaquio (representado en nuestro cuadro vestido con una capa roja detrás del santo), que había sido sobornado para condenar a muerte a tres cristianos inocentes. Nicolás se apresuró a regresar a su diócesis, llegando a Myra justo cuando las ejecuciones estaban a punto de tener lugar. Nuestro cuadro representa el momento en que San Nicolás coge la espada de la mano del verdugo. Posteriormente, el hombre arrodillado del primer plano y los dos hombres encadenados del fondo serían liberados. 

Las persecuciones cristianas ocurrían entonces y, lamentablemente, siguen ocurriendo ahora. De hecho, las persecuciones cristianas han aumentado considerablemente en la última década. Según el sitio web y las investigaciones de Ayuda a la Iglesia Necesitada, casi 340 millones de cristianos de todo el mundo (es decir, 1 de cada 8 cristianos) viven en un país donde sufren alguna forma de persecución, como detenciones arbitrarias, violencia, toda una serie de violaciones de los derechos humanos e incluso asesinatos. Al menos 11 cristianos son asesinados cada día en los 50 países más perseguidos. Estas estadísticas son estremecedoras. 

A la luz de esto, la lectura del Evangelio de hoy no es fácil. Se nos dice: "Rezad por los que os persiguen". Jesús amó hasta el final. No condenó a sus verdugos. Rezó por los que le hacían daño. Así que la lectura de hoy es una invitación a ser más como Cristo. Incluso cuando nos enfrentamos a la injusticia, nuestra posición por defecto es amar... a todos...